Ahora que has aprendido a manejar el bronzer y el contour es el turno del iluminador! Después de todo, un par de pasadas de iluminador por puntos estratégicos pueden darnos pómulos esculpidos, ojos abiertos, iluminar nuestro cutis y más maravillas…
Paso 1: Antes.
El fin del iluminador es darle luz a un área. Éstos en general tienen un poco de brillo, lo que da la impresión de un look más hidratado, haciendo que tu piel se vea más fresca y joven. Si eres joven y tienes una piel hidratada, puedes usar una fórmula en polvos. Para pieles más maduras, es más recomendable una fórmula líquida con brillo.
Paso 2: Aplica en el hueso de la ceja.
Usando tus dedos o una pequeña brocha suave (opción más recomendada), aplica el iluminador justo bajo el hueso de la ceja y difumina.
Paso 3: El puente de la nariz.
Desliza el iluminador hacia abajo por el puente de la nariz con un pincel suave. Si no quieres dirigir demasiado la atención a tu nariz, puedes usar lo que quedó de iluminador después de haberlo pasado por el hueso de la ceja. Así, el efecto es mucho más sutil.
Paso 4: Sobre tus pómulos.
Aquí es donde la mayoría de la personas nos equivocamos… el iluminador debiese ir sobre tus pómulos, no en las manzanas de tus mejillas. Pasa una brocha suave y ancha por el polvo iluminador, bota el exceso haciendo un pequeño muñequeo, y aplica sobre tus pómulos hacia tus sienes en un movimiento de barrido. Las fórmulas líquidas pueden usarse con una brocha o los dedos, dependiendo de la terminación que prefieras.
Paso 5: Listo!
Asegúrate de que todo está bien difuminado y saluda a tu cutis más reluciente!
Tip extra: Puedes poner un poco de iluminador en las esquinas interiores de tus ojos haciendo que se vean más amplios y despiertos.