Además Del Estilo Effortless Chic De Las Francesas, Amamos Su Gastronomía Y Este Es El Mejor Lugar Para Comer Comida Francesa En Santiago

La gastronomía francesa es, sin duda, una de las más aclamadas a nivel mundial y todo chef que quiera aprender realmente de cocina debe pasar por ella. Es la base de todo y hay mil y una razones para darle esa categoría. Y Santiago, nuestra querida capital, no se queda atrás cuando de comer comida originaria del país galo se trata y se ha transformado en un polo gastronómico interesante. Gran cantidad de excelentes restaurantes de comida francesa se han instalado con éxito en la capital. Uno de ellos es Le Fournil, fundado en 1997 gracias al arribo a Chile de dos franceses que traían el propósito de revolucionar el panorama de la gastronomía nacional con recetas auténticas de la tradición francesa del pan. Con el paso de los años, y la apertura progresiva de los ocho locales que hoy día se encuentran a lo ancho de la ciudad, su oferta se fue ampliando para presentar otros productos, como el imprescindible café para acompañar sus croissants y panes, y los platos más emblemáticos que hoy son conocidos como símbolos de su carta, como el lomo de cerdo a la mediterránea o el confit de pato con papas salteadas al perejil.

Al tiempo que Le Fournil se ha ido abriendo a nuevas iniciativas y alianzas, como la de crear una línea de panes congelados listos para hornear en casa bajo la marca Bredenmaster, o la de ofrecer entrega a domicilio desde Le Fournil a través de la plataforma de PedidosYa, ha logrado conservar los elementos clave que definen su estilo y su atmósfera: un ambiente informal de bistró francés, un respeto casi religioso por los ingredientes y la voluntad de mantener precios moderados que permitan un mayor acceso a una gama más amplia de clientes.

 

 

 

Otros restaurantes en Santiago forman parte de la ruta francesa: Les Dix Vins, un bar que ofrece periódicamente catas gratuitas de quesos y vinos franceses, y donde también pueden comprarse estos productos para llevar a casa, o Le Bistrot, un restaurante con carta bilingüe donde es posible comer un magnífico boeuf bourguignon, una deliciosa crêpe Suzette o una tabla de quesos para compartir. En Le Flaubert es posible vivir la experiencia de tomar el té al estilo francés, con una selección de sándwiches y pastelería para compartir. Lo que queda claro, sin lugar a dudas, es que Santiago no se queda corto cuando se trata de ofrecer experiencias gastronómicas que constantemente abran nuestros paladares y nuestras mentes a nuevos sabores.

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