Dicen que la cocina es el corazón de nuestro hogar, pero también es el lugar donde podemos romper todos nuestros buenos propósitos alimenticios. Si tienes la intención de lograr una alimentación más sana para ti y tu familia, sigue estos 10 simples consejos para tu cocina. Lo mejor, es que no son demasiado complicados ni sofisticados y, además de tu cintura, tu bolsillo te lo agradecerá!!
1. Haz que las frutas y vegetales sean igual de accesibles que una bolsa de papas fritas.
Lava, corta y guarda alimentos como uvas, melón, kiwi, frutillas (fresas), zanahorias, pimentones y apio en contenedores reutilizables en el refrigerador para que sean fáciles de sacar. Asegúrate de que estén bien a la vista para que sean lo primero que veas cuando abras la puerta del refrigerador. Al hacer que estos alimentos sanos estén listos para llegar y comer evitarás tentarte con abrir la despensa y sacar una bolsa de chips u otros snacks.
2. Prepara un contenedor grande de ensalada.
Comerte una ensalada antes de cenar es una muy buena forma de llenarte y así comer menos del plato principal, pero prepararte una ensalada todas las noches puede ser un poco tedioso por lo que es tentador saltársela. Asegúrate de comer un bowl de vegetales cada noche al preparar un contenedor extra grande de ensalada al comienzo de la semana. Seguro te comerás la ensalada en la cena si ya la tienes preparada–sólo saca un bowl, agrégale tu vinagreta preferida y disfruta!
3. Ten tazas y cucharas de medición a tu alcance en la cocina.
Medir tu comida hará que mantengas tus porciones bajo control ya que una de las mayores razones por las que uno come demás, es porque en general pensamos que las porciones son más grandes de lo que en realidad son. Tener estas herramientas de medición a la vista te ayudará a no olvidar utilizarlas.
4. Prepara tus snacks con anticipación.
Ya sabes lo que pasa cuando comes chips o galletas directo del envase… terminas comiéndote el paquete completo! Toma tus snacks saludables favoritos como mix de frutos secos, popcorn, queso y fruta fresca; y en bolsas ziploc prepara porciones de 100 o 150 calorías para tener a mano en el mostrador de la cocina o refrigerador. Así tendrás snacks a mano para cuando ataca el hambre a media mañana o media tarde y sabrás exactamente cuánto es lo que estás comiendo.
5. Congela frutas y vegetales.
Compra bolsas grandes de frutas y verduras en el supermercado y lávalas, córtalas y guárdalas en bolsas en el freezer. No sólo ahorraras dinero al comprar en grandes cantidades, si no que además, los tendrás a mano para agregar a tus smoothies, yogurt, pasta, sopas y omelettes. También puedes hacer puré de vegetales y congelarlos en cubos (en cubetas de hielo) para añadir a sopas, salsa de tomates, puré de papas, dips, avena, smothies y hasta como una pasta para tus sandwiches.
6. Congela bolsas de smoothies.
Si estás en un apuro en las mañanas, prepara con anticipación tus smoothies y congélalos en bolsas. Sólo vacía el contenido en la juguera, añade los ingredientes extra, y tendrás un desayuno rápido bajo en calorías, alto en fibra y proteínas que te mantendrá satisfecha toda la mañana.
7. Elimina las comidas poco saludables.
Tu marido y tus hijos pueden ser fan de la lata de coca cola, bowls de helados y chocolates ocasionales, pero si esas comidas las tienes siempre disponibles, lo más probable es que te tientes y las ataques… Deshazte de la comida chatarra o poco sana, porque si no está en tu cocina, no te tentarás en comértela.
8. Usa platos más pequeños.
Cuando preparamos un plato de comida, sentimos la necesidad de llenarlo. En los últimos años, ha habido una tendencia en el mercado de las vajillas, de fabricar platos cada vez más grandes por lo que daca vez los vamos llenando con más comida. Busca modelos de platos que sean más pequeños o platos de entradas o ensaladas para usar diariamente. Si comienzas con un plato más pequeño, no tendrás tanto espacio para llenarlo por lo que terminarás consumiendo menos calorías.
9. Duplica o triplica la receta.
Puede que estés haciendo una sopa, vegetales asados, hamburguesas de vegetales, u otra cosa deliciosa para comer, pero no hagas lo suficiente para una sola comida. Prepara en mayor cantidad y guarda lo que sobre en contenedores que puedas sacar fácilmente para tus comidas los días siguientes. Si tu almuerzo o cena ya está preparado, no tendrás que acudir a comidas rápidas poco saludables.
10. Guarda la comida antes de sentarte a comer.
Después de que haz cocinado un increíble maccaroni and cheese vegano, sírvete la porción que corresponde y luego guarda el resto en el refrigerador inmediatamente. Si lo dejas afuera, corres el riesgo de servirte pequeñas repeticiones. Lo mismo pasa con las tortas, una vez que sirves la porción, guárdala, si no vas a terminar “emparejando la torta” y comiendo mucho más de lo que pensabas.