Cómo Motivarte A Ti Misma A Hacer Deporte Después Del Trabajo

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Estos simples consejos te mantendrán motivada y firme con tu propósito de hacer deporte.

Si hay algo con lo que muchas luchamos todo el tiempo es con la planificación de nuestro entrenamiento, especialmente después del trabajo, cuando estamos cansadas y nuestra mente nos dificulta encontrar la motivación para hacerlo. Si quieres que este año sea por fin cuando encuentras ese equilibrio perfecto entre tu vida laboral, social y deportiva, aquí te dejamos unos tips que te lo facilitarán.

 

1. Organiza tus entrenamientos con anticipación.

A todas nos encantaría poder (y querer) entrenar todos los días después del trabajo, pero cuando quieres tener una vida laboral, una vida social y algo de tiempo para no hacer nada, es mejor no probar todo al mismo tiempo. Empieza de a poco, prueba con tres entrenamientos a la semana y planifícalos con anticipación para poder administrar mejor tu tiempo.

 

2. Lleva tu ropa de deporte a la oficina.

Tan simple como suena, empacar y preparar tu bolso de entrenamiento para llevarlo al trabajo realmente te hará más propensa a ir al gimnasio. Este proceso de planificación establece la tarea y te impedirá hacer excusas de último minuto.

 

3. Asegúrate de que tu gimnasio quede camino a tu casa.

Por más motivada que te despiertes por entrenar en la mañana, no significa que te seguirás sintiendo así en la tarde, y eso es algo para lo que debes prepararte. Entonces, el mejor consejo es que te inscribas en un gimnasio que te quede camino a tu casa, de esta forma es inevitable ir y te ayuda a no hacerte excusas fácilmente.

 

4. Nunca pierdas de vista tus metas.

Haz lo que necesites para mantenerte motivada. Lo que te ayudará a lograr tus objetivos es hacer un seguimiento de tus entrenamientos, fotos del antes y después, y el progreso que realizas todos los días. Eso te motivará naturalmente a seguir avanzando.

 

5. Permítete romper el hábito.

Si no eres una persona naturalmente deportiva o inclinada a entrenar, sé paciente contigo misma y date tiempo para agarrar el hábito, no te des por vencida. No tienes que empezar intensamente, porque si lo haces nunca abandonarás el hábito y seguirás esquivando el gimnasio.

 

6. No te desanimes.

Lo que a veces sucede es que te pierdes un día de entrenamiento y nunca vuelves a retomar la rutina porque lo ves como un fracaso. Claro, perderse un día no es lo ideal, pero está bien si pasa, lo que no puedes dejar es que eso te desmotive. Hacer ejercicio y moldear el cuerpo que quieres necesita tiempo y paciencia, así que permítete eso.

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