Los ojos son la parte más expresiva de nuestro rostro, muestran nuestras emociones, carácter y estado de ánimo y por lo mismo es de las zonas que más cuidamos. La aparición de bolsas y ojeras es una de las grandes preocupaciones estéticas y cada vez son más las mujeres que deciden pasar al bisturí para eliminar el problema de raíz. Pero, ¿que pasa si te dijéramos que el secreto par neutralizarlas se encuentra en realidad en tu dieta?
El característico color morado de las ojeras se debe a la mala circulación de la sangre en la zona. La piel que rodea los ojos es especialmente fina por lo que es la primera en mostrar las consecuencias de la edad, el estrés y la falta de sueño. Si bien el factor genético es determinante en su aparición, el paso de los años, cansancio y mala alimentación puede potenciar la pérdida de tensión de la piel y la congestión sanguínea que provoca ese color violeta bajo los ojos. Lo que probablemente no sabes, es que el consumo de vitamina K puede convertirse en tu mejor secreto para minimizar las ojeras.
La vitamina K es también llamada como la “vitamina antihemorrágica” y para la gran mayoría es desconocida, pero tiene un papel fundamental en los procesos de coagulación de la sangre. Dado que las ojeras son la consecuencia visible de una mala circulación sanguínea en el contorno de los ojos, la vitamina K puede ayudarte a combatirlas desde el interior.
Existe una gran variedad de alimentos ricos en vitamina K que podemos incluir en nuestra dieta o aumentar la el consumo para tratar este problema. Las verduras de hoja verde como las espinacas, las endivias, la lechuga, los berros, el repollo, el brócoli, la albahaca y los germinados pueden ayudar a conseguir un aporte extra diario de vitamina K, dando mejor circulación a la zona. Si bien también podemos acudir a los suplementos, en la mayoría de los casos un simple cambio en los hábitos alimenticios puede hacer toda la diferencia.