Cuando se trata del sueño, la mayoría tenemos la misma meta: dormir más. Pero un nuevo estudio, sugiere que existe otro factor que puede ser igual de importante: a qué hora te duermes.
Antes de conducir el análisis, los investigadores identificaron poco sueño como menos de seis horas, un sueño adecuado entre siete y ocho, y uno largo como de nueve horas o más. A cada participante, de los más de 400,000 adultos entre 40 y 69 años entrevistados, se le preguntó si se consideraban personas mañaneras o nocturnas, y sobre sus hábitos diarios, como cuánta actividad física hacían, cuánta televisión veían, qué comían y cuánto fumaban.
Los resultados revelaron que los participantes que dormían poco o mucho, y quienes se acostaban más tarde, tenían una mayor tendencia a fumar, ser sedentarios y comer menos frutas y verduras. Estos descubrimientos son los últimos en una serie de estudios que han linkeado acostarse tarde con efectos nocivos en la salud.
“Estos datos sugieren que no es sólo la falta de sueño la que se relaciona a los riesgos cardiovasculares, pero también el exceso de este,” explicó Freda Patterson, investigadora jefe del estudio. “Muchas veces, los mensajes sobre salud dicen que tenemos que dormir más, pero esto puede ser demasiado simplista.”