Te estás comprometiendo con una rutina en el gimnasio, sintiéndote más fuerte y transpirando, pero no estás bajando de peso, que es una de las razones principales por las que empezaste a ejercitarte en primer lugar. ¿Qué está pasando? Aquí te contamos sobre cinco errores comunes que las personas cometen cuando hacen ejercicio y que pueden estar evitando la pérdida de peso.
1. Sólo estás haciendo cardio.
Si bien es cierto que el ejercicio cardiovascular es ideal para quemar calorías, si sólo corres, andas en bicicleta o nadas, hay un eslabón perdido para maximizar tu consumo de calorías: entrenamiento de fuerza. Mientras más músculo tengas, mayor será el potencial de quema de grasa de tu cuerpo, y el entrenamiento con pesas te ayudará a quemar más grasa más rápido. Eso significa que puedes hacer entrenamientos más cortos y obtener mejores resultados.
2. Te estás saltando los entrenamientos intensos.
Si has escuchado sobre el entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT), ¡es porque funciona! Los expertos están de acuerdo en que es uno de los mejores entrenamientos para bajar de peso. Esto funciona para el entrenamiento cardiovascular y de fuerza, e implica seguir una relación trabajo-descanso. Eso podría ser 40 segundos de trabajo al 70 o 90 por ciento de tu máximo, seguido de 20 segundos de descanso. Un ejemplo de HIIT podría ser correr, andar en bicicleta, saltar la cuerda, remar o nadar con intervalos de carrera, y/o una combinación de movimientos de entrenamiento de fuerza como sentadillas, saltos de zancadas o flexiones.
3. Eres inconsistente.
Una caminata de 20 minutos una vez al día es ideal para que la sangre fluya y obtener aire fresco, pero no es suficiente si estás tratando de perder peso. Lo mismo ocurre con una clase de yoga o correr por aquí y por allá: debes ir al gimnasio regularmente durante aproximadamente 45 minutos, de tres a cuatro veces por semana para ver los resultados. Comprométete con eso si realmente quieres adelgazar.
4. Tus entrenamientos son siempre iguales.
Si has estado ejercitándote y tu pérdida de peso se ha estabilizado, es señal de que debes mezclar las cosas. Cuando haces el mismo entrenamiento de tres a cinco veces por semana, tus músculos se acostumbran a él, por lo que debes ajustar tus entrenamientos al menos cada seis semanas. O mejor aún, haz algo diferente cada vez que hagas ejercicio. Los entrenamientos CrossFit o estilo boot-camp son buenos ejemplos de esto.
5. No estás poniendo atención a lo que comes.
Lo que haces después de tu entrenamiento también es importante. Hacer ejercicio con regularidad por lo general puede hacer que tengas más hambre de lo normal, pero si terminas comiendo un enorme batido de proteínas después del entrenamiento, o un par de snacks adicionales durante el día, tu ingesta de calorías frente a la quema de éstas se habrá igualado. Para perder peso, necesitas crear un déficit de calorías, así que asegúrate de no consumir la misma cantidad de calorías extra que acabas de quemar.