Todas creemos que para bajar de peso y estar saludable, hay que aumentar cada día más el nivel de nuestros ejercicios de entrenamiento. Sin embargo, la doctora especialista en hormonas Sara Gottfried, autora de los dos best sellers: The Hormone Cure y The Hormone Reset Diet, sostiene todo lo contrario. “Luego de un entrenamiento de alta intensidad se libera mucho cortisol, hormona que a pesar de producir estrés (cuando se encuentran en exceso), es muy necesaria para controlar nuestro metabolismo, nuestra presión arterial y nuestro sistema inmune”.
Por todo esto, es muy importante que mantengamos siempre bien equilibrados estos niveles, ya que solo así nuestro cuerpo podrá funcionar de manera normal.
Gottfried aconseja entonces moverse menos pero más a menudo, realizando 30 minutos de ejercicio 4 veces a la semana. Tambien nos aconseja practicar ejercicios que promuevan la perdida de peso y tonifiquen los músculos, como el yoga, el barre o el pilates.
Si después de entrenar o practicar algún deporte sientes un molesto dolor muscular alrededor de la tibia, lamentamos decirte que eres una chica con periostitis tibial, una lesión dolorosa que a pesar de ser pasajera debe cuidarse muy bien, para así no tener problemas a futuro.
Así que si tu eres una deportista empedernida y no te saltas por nada del mundo un entrenamiento, créenos cuando te decimos que es mejor no pasar por la periostitis tibial.
¿Qué es la periostitis tibial?
El término periostitis tibial se usa normalmente para describir el dolor o la inflamación alrededor de la parte interna y lateral de la tibia. En la mayoría de los casos, se produce como resultado del sobre esfuerzo del músculo situado sobre la inserción ósea.
Este tipo de lesión es muy común en personas que practican deportes como el fútbol, el basketball, el tenis y el running, ya que todos ellos consisten en carreras intensas con paradas rápidas que impactan en la tibia.
¿Por qué se desarrolla la periostitis tibial?
Existen numerosas razones por las que esta lesión puede aparecer y el motivo puede ser uno sólo o la combinación de varios.
Algunas causas más comunes son:
-Exceso de deporte -Aumento repentino de la práctica de ejercicio -Mal entrenamiento -Sobre esfuerzo muscular -Calzado inapropiado -Entrenamiento sobre superficies irregulares, inclinadas o duras. -Problemas de apoyo del pie, como el pie plano.
¿Cómo reconocer la periostitis tibial?
La personas que la sufren sienten un ligero dolor en la parte frontal de la pantorrilla. Si después de correr te tocas el hueso de la tibia y te duele, es posible que tengas esta lesión.
¿Cómo se trata?
Existen varias formas de tratar esta lesion, algunas de ellas son:
-Usar compresas frías para reducir y calmar la inflamación. Si las aplicas durante unos 20 minutos cada 2-4 horas te aliviará bastante. -Cambiar de zapatillas (si estas ya están muy gastadas). -Realizando ejercicios que fortifiquen el músculo de las pantorrillas. -Enfriar el cuerpo después de un entrenamiento.
En resumen, la periostitis tibial no es algo agradable, así que esperamos que estos consejos te hayan ayudado.