Es un hecho que cuando hace frío olvidamos tomar líquidos. Solemos asumir que necesitamos menos agua que en el verano ya que no sentimos sequedad ni transpiramos como en los meses de calor. Pero, eso no es cierto! Es más durante el invierno tenemos que prestar especial atención a nuestra ingesta de líquidos ya que esta época del año es dura con nuestros cuerpo. Pasamos de nuestra casa calentita, al aire frío y helado del exterior, y luego al aire seco y calefaccionado de la oficina, y después todo de nuevo cuando nos volvemos a la casa. Por otra parte, el ejercicio puede deshidratarte tanto en invierno como en verano, e incluso más, debido a la falta de humedad en el aire. El aire que circula en los edificios puede contribuir a todo tipo de problemas de salud. El alcohol también puede hacer lo suyo ya que sabemos que deshidrata. Y fumar puede disminuir la circulación haciendo que nuestra piel se seque, entre otros problemas.
La deshidratación en invierno es dura con tu salud y tu cuerpo.
Ya sea invierno o verano, la deshidratación puede causar agotamiento, fatiga muscular, calambres, pérdida de coordinación e incluso un accidente cerebrovascular. Cuando estás deshidratada, también puedes ser más susceptible a contraer resfriados y la gripe.
No tomar suficiente agua también puede hacer que sea más difícil mantener a raya los kilos extra durante estos días más cortos en los que tendemos a ejercitarnos menos y a comer más. Cuando estás hidratada, tu cuerpo es más capaz de descomponer la grasa para convertirla en energía, tu apetito está más controlado (es importante notar que muchas veces creemos que tenemos hambre cuando en realidad tenemos sed). Además, si tu cuerpo no recibe suficiente agua, retiene la que ya tiene, por lo que hidratarte correctamente es clave para evitar la retención de líquidos.
7 Buenísimos tips que te encantarán para tomar más agua!
1. Fíjate una meta de cuanta agua debes tomar al día. Una clásica recomendación es tratar de tomar 8 vasos de agua al día. Un tip para lograr tu meta, es tomar un vaso de agua antes de cada comida.
2. Equilibra los diuréticos con agua. La cafeína y el alcohol son diuréticos (hacen que perdamos agua a través de la orina) por lo que si ingieres ambos, toma más agua para contrarrestar su efecto deshidratador. O prueba consumir café descafeinado o té.
3. Come tus líquidos! Frutas y vegetales son una fuente natural de agua, junto con importantes vitaminas y minerales. Las sopas también!
4. Reduce el sodio. Las comidas saladas pueden hacer que te de más sed y además ayudar a hincharte.
5. Hidrátate antes, durante y después del ejercicio. Esto es difícil porque cuando hace frío afuera puede que no transpires mucho y no sientas mucha sed. Pero es necesario!
6. Añade sabor al agua sin calorías o sal. Puedes poner rodajas de limón o de naranja en tu agua o té para darles más sabor.
7. No te olvides de las infusiones! Si prefieres tomar algo caliente, no te olvides de las infusiones de hierbas. Existen montones de variedades distintas y con propiedades muy beneficiosas.
Fuentes: Truelemon.com, active.com, Self.com, Thedailymeal.com, DIYnatural.com,