A veces es inevitable tener malos días – hay un taco interminable en las calles, llegas tarde al trabajo, olvidas una fecha importante, etc – pero la forma en cómo manejamos estos hechos imprevistos son lo que marcan la calidad de nuestro día. Sólo porque amanezcas con el pie izquierdo, no significa que tengas que tener una mala actitud, es por eso que aquí te dejamos algunas formas pequeñas y simples de tener un mejor día. Sólo depende de ti!
Empieza con un pensamiento positivo.
Un pequeño pensamiento positivo en la mañana puede cambiar todo el resto del día. Incluso si no has tenido la mejor de las mañanas, piensa en una idea positiva y aférrate a ella. Nuestros pensamientos crean nuestra actitud y perspectiva, entonces por qué no usarlo a nuestro favor? Establece tu día con una intención positiva por delante!
Obtén una buena noche de sueño.
Tener una buena noche de sueño puede hacer toda la diferencia! No hay nada peor que despertarse después de pocas horas de sueño, sintiéndose terrible frente al pensamiento de que todavía falta enfrentar todo el resto del día.
Un acto de bondad aleatorio.
Abrir una puerta, ofrecer ayuda o asistir a alguien a bajar la escalera. Cualquier pequeña intención de un acto bondadoso es una oportunidad para tener un impacto positivo en ambas vidas, la tuya y la de la persona a la que ayudas.
Haz menos, simplifícate la vida.
Puedes hacer cualquier cosa, pero no todo, y no puedes hacer las cosas más rápido hasta que aprendas a cómo bajar la velocidad. Concéntrate en las cosas más importantes y enfoca tus energías en eso. No tomes más de lo que puedes manejar y que te haga sentir estresada. Está bien decir que no a veces.
Mantente activa.
La capacidad del ejercicio para aumentar el estado de ánimo es indiscutible, y sólo con una caminata rápida diaria puedes hacer maravillas para tu salud. Las sesiones de ejercicio liberan endorfinas en el torrente sanguíneo, lo que además de hacerte sentir bien, reducen el estrés y la ansiedad.
Aprecia las cosas pequeñas.
La felicidad puede ser vista como la recopilación de todas las cosas pequeñas de la vida. Así como el primer trago de café en la mañana, volver a contactar a una vieja amiga o conseguir una receta que siempre quisiste. No hay que buscar cosas extraordinarias, la felicidad puede estar en las cosas más simples de tu día.
Escucha buena música.
Existe esa música que es la que te hace sentir bien, te dan ganas de moverte y hacer algo productivo. Esas canciones que al instante te hacen poner de buen humor, que hacen que las mañanas sean más entretenidas cuando tienes esas melodías que juegan como música de fondo en tu rutina.
Marca puntos de tu lista de tareas pendientes.
Plantearte pequeñas metas y luego borrarlas de tu lista de pendientes da esa sensación de logro al final del día. Te hace sentir que fuiste productiva y que le diste buen uso a tu tiempo.
Prepárate la noche anterior.
Una buena técnica para empezar mejor el día es organizarte la noche anterior. Puedes usar tu calendario o agenda y añadir las fechas importantes y tareas pendientes. Quizás te puede sonar un poco obsesivo, pero realmente vale la pena! Te despiertas más concentrada y con las metas ya claras para ese día, lo que te hace poder trabajar en ellas con más facilidad y foco.
Regalonéate.
Puede ser que termines el día con una copa de vino, comiendo tu postre favorito o con un largo baño de tina, o incluso leyendo tu libro preferido. Mirar hacia adelante al final del día hace que nos sintamos conformes y relajadas. Si no te das el tiempo para el relajo y descanso, lo más probable es que empieces a sentirte estresada o agotada.
Aprende algo nuevo.
No es suficiente estar satisfecha con lo que ya sabes. Los nuevos conocimientos te hacen sentir orgullosa, con mejor autoestima y con un nuevo logro. Nos ayuda a adaptarnos a las nuevas situaciones y nos da un carácter más profundo y nuevas perspectivas.