Todas hemos somos víctimas de esos antojos que parecen imposibles de controlar y que nos hacen comer de manera compulsiva. Lo bueno es que sí se pueden dominar y así empezar a evitarlos, todo depende de ti, de una dosis de auto control y de seguir estos consejos.
1. Elimina “eso” de tu casa.
Si no está ahí, no lo comerás (probablemente). Sin embargo, todas hemos sido culpables de manejar al almacén más cercano en búsqueda de un antojo en un momento de debilidad. Pero en su mayor parte, lo que no está en tu refrigerador, no lo puedes comer. Así que sé fuerte cuando estás en la tienda y mantén las cosas que sabes que te hacen comer atracones fuera de tu carro.
2. Cómpralo. Muérdelo. Bótalo.
No estamos a favor de crear desperdicios innecesarios, pero cuando se trata de nuestra salud personal, imagen y cordura, estamos de acuerdo con tirar algunos bocados. Cuando te sientas lo suficientemente fuerte como para volver a introducirlo en tu vida, intenta comprar solo uno. Una galleta. Una dona. Una rebanada de pizza. Llévela a tu casa, come unos bocados, o una porción (la etiqueta de nutrición te dirá cuánto es eso), y bota el resto. Si estás totalmente en contra de botarlo, dáselo a alguien en quien confíes lo suficiente como para explicarle lo que está pasando. Incluso el simple hecho de hablar con alguien te ayudará a sentirte más fuerte.
3. Trata de comer sólo uno.
Dado que es posible que nunca hayas sido lo suficientemente fuerte como para comer una sola porción, es posible que tengas que practicar cómo hacerlo. Piensa en eso como entrenamiento de fuerza mental. Si quieres aprender a hacer algo, tienes que practicarlo. Lo mismo en este caso. Si quieres aprender a parar en dos bolas de helado, tres Oreos, 11 Doritos, sea lo que sea, debes practicar. De lo contrario, nunca tendrás la confianza para hacerlo.
4. Cómpralo, pero contrólalo.
Ahora que has aprendido a comer sólo una porción, puedes sentirte cómoda poniéndola en tu carro y llevándolo a casa. El hecho de que esté ahí no significa que debas comerlo. Es importante recordar que puedes comer de todo, pero no en un día. Y es totalmente posible pasar de atracón compulsivo a comedora equilibrada.
No existe ninguna dieta o pastilla milagrosa que nos haga adelgazar de un día para otro. La única forma de perder peso, es cambiar nuestro estilo de vida con hábitos saludables que poco a poco nos ayuden a lograr esa figura que toda mujer desearía tener.
Si ya se acerca el verano y tu todavía no estás lista, no te preocupes más! Aquí te enseñamos los diez hábitos que debes incluir en tu vida para lograr ese peso ideal que tanto te ha costado alcanzar!
¿Estas lista?!
Busca un ejercicio que te agrade
No todas tenemos la misma resistencia. Lo que para algunas es un ejercicio sumamente fácil, para otras puede ser una gran pesadilla. Encuentra ese deporte que te motive acomode y trata de practicarlo por lo menos dos veces a la semana.
Comienza de a poco
Todos los cambios radicales son difíciles. Por eso, trata de comenzar de a poco, logrando cosas pequeñas todas todas las semanas.
Conócete a ti misma
Cuando te conoces bien y sabes cuáles son tus objetivos, aptitudes y limitaciones, se te hace más fácil lograr tus metas. Por ejemplo, si no eres buena para el deporte, no puedes proponerte correr una maratón.
Olvida tus privaciones
Te has fijado que cuando deseas comer algo que no puedes te dan más ganas de comerlo. Mientras menos pienses en tus privaciones, más fácil será para ti cumplir tus metas y lograr ese peso ideal.
Prepárate antes de comer
Organiza tus comidas y crea un menú entretenido y variado con platos saludables que te ayuden a perder peso de forma vital.
Se provisoria
Cuando vayas a restoranes o lugares en donde no puedas seguir tu dieta, prepárate durante el día ingiriendo alimentos muy livianos y bajos en calorías. De esta manera se te hará más fácil eliminar esas calorías de más.
Se moderada
Cuando compres la comida justa y necesaria para tu despensa estarás evitando esos antojos que muchas veces nos hacen caer en la tentación.
Compra comida saludable
Encuentra alimentos sanos y naturales que te gusten y crea con ellos deliciosos platillos que te darán ganas de comer.
Sácate fotos cada semana
Realiza una linea del tiempo con fotografías tuyas desde el inicio de tu dieta. Te sorprenderá lo motivada que estarás por generar un gran cambio.
Date pequeños premios
Cuando pases una semana sin salirte de tu dieta, puedes premiarte con algún alimento prohibido como el chocolate. Solo trata de controlarte y no comerte la barra entera, sino no valdrán de nada todo ese esfuerzo y autocontrol.
Si es común que te sientas incómodamente satisfecha después de tus comidas, entonces es tiempo de hacer un cambio. Frente a los problemas de comer en exceso, una buena forma de tener el control es ser honesta contigo misma y preguntarte si tus hábitos están teniendo en realidad una sana relación con la comida.
Es muy probable que estés cometiendo 10 típicos errores que te conducen a comer más de la cuenta, pero como siempre hay tiempo de corregirlos, aquí te los detallamos y te contamos cómo solucionarlos! Sigue leyendo…
1. Equiparas el hambre y la sed.
Muchas personas confunden la sensación de sed con la de hambre. Si comiste recientemente y no te sientes satisfecha, prueba tomando agua y espera unos 20 a 30 minutos a ver su todavía tienes hambre.
2. Te saltas el desayuno.
Saltarse el desayuno puede parecer una gran manera de ahorrar calorías, pero cuando es hora de tu próxima comida, será mucho más probable que te comas todo lo que tienes a la vista. Si nunca tienes tiempo para hacerte un desayuno saludable, prueba haciéndolo la noche anterior y dejándolo listo para la mañana siguiente.
3. Comes frente a una pantalla.
La mayoría de las veces cuando comemos frente a la televisión o al computador lo hacemos en exceso, esto es porque no estamos conectadas con la actividad de comer. Cuando tu mente está concentrada en tu serie favorita o en tus correos electrónicos, no hay tiempo para centrarse en los alimentos. Designa un tiempo para las comidas, el resto estará ahí esperando por ti.
4. No controlas el tamaño de tus porciones.
No tomes una única indulgencia como excusa para tirar toda tu precaución al viento. Aunque pidas una porción limitada de comida, sé consciente de cómo te sientes cuando lo comes, o incluso toma una medida más extrema y bota las sobras. Esperamos que tengas el suficiente autocontrol como para dar un paso atrás y decir que no a ese enorme pedazo de pizza, pero haz lo que sientas necesario según tus necesidades.
5. Comes según las necesidades de tu pareja.
Cuando tu pareja no está preocupado por los hábitos de comer en exceso, puede ser difícil mantenerse en el mismo camino cuando están cocinando y comiendo juntos. Un consejo para cuando estás cocinando en tu casa es tener ingredientes similares, pero hacer cosas diferentes. Hay que hacerse la idea de que no tienen las mismas necesidades, o quizás no tienen la misma meta de pérdida de peso. Por ejemplo, si vas a hacer una noche de tacos, tú puedes disfrutar de uno saludable con palta (aguacate) y tomate, mientras que tu pareja lo hace con todos los acompañamientos.
6. Tus platos son muy grandes.
¿Sabías que el tamaño de tu plato puede conducirte a comer en exceso? Cuando hay más espacio vacío en tu plato, hace que tu porción se vea más pequeña de lo que realmente es. En lugar de llenarlo más, busca un plato más pequeño siempre que sea posible.
Cuando estés cocinando en tu casa, mantén las cucharas de medida a mano para asegurarte de que el tamaño de tus porciones sean apropiadas, de esta manera sabrás exactamente lo que estás comiendo.
7. Te das indulgencias pero con un lado de culpa.
Cualquiera que piense que sentirse mal después de una indulgencia te hará de alguna manera ser más saludable, te sorprenderá saber que es todo lo contrario, de hecho, es probable que comas en exceso. Investigaciones han encontrado que las mujeres que recibieron mensajes de auto-compasión después de una indulgencia, comían menos que aquellos que no se tranquilizaron con ese mensaje que todas nos damos algunas veces.
8. Nunca comes snacks.
Desafortunadamente, algunas personas piensan que los snacks son malos. Es importante darse cuenta de que comer un snack es una ayuda a alcanzar tus metas de pérdida de peso, mientras que lo veas desde una perspectiva saludable y elijas opciones nutritivas. Tus snacks de antes y después de entrenar llenan tu cuerpo de los nutrientes que éste necesita y disfrutar de de snacks saludables entre las comidas, hacen que evites comer de más.
9. Te excedes después de tu entrenamiento.
Una vez que terminas un entrenamiento duro, no lo uses como excusa para dejarte llevar por una gran indulgencia. A menos que sea hora de comer, el promedio de un snack después de ejercitarte debería ser de unas 150 calorías. Si es hora de comer, prueba una alternativa saludable.
10. Es emocional.
Si tienes la tendencia a calmarte a través de la comida, te contamos que no eres la única. Está probado que una típica reacción a los momentos de estrés es comer más de la cuenta, pero en realidad estás siendo muy injusta con tu cuerpo. La próxima vez que tu mente te pida comida, sé honesta al preguntarte “¿Tengo hambre?”. Parece muy simple, pero estas dos palabras pueden hacer un mundo de diferencia cuando se trata de hacer un balance en los hábitos de comer en exceso.
Seguramente estas pensado que nos equivocamos en el título de este post, pero efectivamente es cierto! Varios nutricionistas y doctores que promueven las dietas holísticas, aseguran que la ingesta de proteínas va de la mano con la pérdida de peso, en tu camino por lograr el cuerpo perfecto sin disminuir de los músculos, ¿Cómo? Te estarás preguntando, lee a continuación los detalles de esta realidad.
¿Cómo se relacionan estos dos factores?
Las personas que intentan perder peso y comienzan a ingerir más proteínas en su dieta, ven cómo los kilos comienzan a descender con más facilidad, y esto ocurre simplemente porque los alimentos altos en proteína son más lentos y difíciles de digerir, por lo que tienes sensación de saciedad por más tiempo, y además tu cuerpo gasta más energía en el metabolismo.
Si tu nuevo estilo de vida saludable incluye aumentar tus horas de deporte, recuerda aumentar también las proteínas que consumes, ya quid te ayudarán a quemar más grasa y a no perder músculo.
¿Cuánto debo ingerir?
La cantidad exacta de proteínas que debes ingerir es un numero que debes saber si deseas tener una dieta saludable (y perder peso!).La cantidad promedio que debería consumir una mujer entre 19 – 70 años, medianamente activa, es de 46 gramos de proteína al día. Pero obviamente debes calcular tu cantidad exacta, y puedes ayudarte con este cuadro.
¿Qué proteínas ingerir?
Si ya sabes la cantidad de gramos que debes consumir, debes comenzar a buscar la fuente de donde las obtendrás. La carne es la mejor fuente de proteína si estas a dieta, pero ojo que debes escoger las carnes blancas y sin cuero, ya que tienen un aporte grasa significativamente menor a las carnes rojas. Si eres una fanática d ellas carnes rojas no te preocupes, ya que existen opciones bajas en grasa! Si eres vegana o vegetariana debes tener en cuenta que las proteínas no pueden se recluidas de tu dieta, intenta reemplazar la carne por legumbres.
Las proteínas son un esencial para el deporte.
Si quieres perder peso una rutina de ejercicios fuerte es clave, pero la ingesta de proteínas también, ya que en la formación de los músculos se necesitan amibo ácidos. al hacer deporte los músculos sufren unas pequeñas rasgaduras que el cuerpo repara con ayuda de las proteínas, el músculo comienza a crecer y definirse. Mientras más proteína consumas al hacer deporte, más definido terminará tu cuerpo, y es importante que consumas por lo menos 10 gramos de proteínas inmediatamente después del deporte.
Proteínas al desayuno.
Un buen consejo para evitar los antojos dulces a lo largo del día, es ingerir 30 gramos de proteína en los primeros 30 minutos del día. Si no tienes muchas ganas de comer al desayuno, puedes hacer un rico batido con plátanos y otras frutas.