Lo mejor de todo es que estos tips no son moda, sino que están respaldados por estudios. Ten en cuenta que incorporar estos tips no serán la solución radical para bajar todos esos kilos de más, pero si los agregas a tu rutina puede que te den el impulso extra que necesitabas.
1. Huele vainilla más seguido
Los olores y los gustos van de la mano. Si hueles algo delicioso es probable que se te abra el apetito, y por el contrario, si hueles algo malo el apetito por lo general disminuye. Oler vainilla puede ayudarte a calmar esas ganas de querer comer algo. Esta esencia tiene la capacidad de calmar la parte del cerebro donde se encuentran los antojos, y así disminuir el apetito. El estudio se realizó en el hospital St George en Londres, en donde se descubrió que aquellas personas que usaban parches de vainilla bajaban más de peso que los que usaban de limón. Por lo tanto, si eres de esas personas que siempre está deseando comer algo dulce, un parche de vainilla puede ayudarte a resistir a la tentación.
2. Sírvete un plato con comidas de colores diferentes
Estudios de la Universidad de Cornell, sugirieron que el color de los alimentos de tu plato puede hacer una gran diferencia en cuanto a la cantidad que comes. El estudio descubrió que cuando los participantes comían un plato con alimentos de una misma paleta de colores, se servían alrededor de un 30% más de comida. Y cuando los participantes se servían platos con comidas de una paleta distinta de colores, comían menos. Y esta diferencia acerca de la cantidad de comida que agregas a tu plato puede hacer una gran diferencia en tu pérdida de peso.
3. Cambia con quién comes
Con quién comes y pasas gran parte de tu tiempo puede impactar de manera directa en tu rutina de alimentación. Estudios demuestran que si una amiga es obesa, las posibilidades de que otra amiga que pasa mucho tiempo con ella se vuelva obesa incrementan en un 57%. Si tu pareja es obesa, también tienes mayores posibilidades de ganar peso. El estudio sugiere que las porciones que come el resto alrededor de nosotros pueden convertirse en una norma o transformarse en un hábito. Esto no significa que debas encontrar un nuevo grupo de amigas, pero significa que debes estar más atenta a lo que pasa a tu alrededor cuando sales a comer.
4. Anota o saca una foto de todo lo que comes
Muchos programas para perder peso sugieren que debemos tener un seguimiento de lo que comemos anotando todo, para así ser honestos acerca de todo lo que nos metemos a la boca. Además esto puede ayudarte a darte cuenta de todas las calorías extras que estás consumiendo y que no percibías.
Otra forma de saber lo que estás comiendo, es tomar una fotografía. Un estudio de la Universidad de Wisconsin-Madison sugirió que tomar una foto de lo que vas a comer antes de comerlo, puede servir como un impulso para querer cambiar tu dieta. Si tienes que tomar una fotografía de todo lo que comes, te hará pensar y darte cuenta acerca todo lo que estás comiendo.
5. Deja la fuente con la comida fuera de la mesa, lo más lejos posible
Muchas veces cuando la comida no está a la vista, esto nos ayuda a mantenerla lejos de nuestra mente. Y una muy buena opción para disminuir tus porciones y lo que comes es dejando la fuente fuera de tu vista. Si dejas esa fuente con lasagna en la cocina en vez de en la mesa que estás comiendo, te ayudará a reducir tus porciones ya que evitarás querer picotearla constantemente, o si quieres comer más deberás hacer un esfuerzo más grande al tener que pararte para ir a la cocina a buscar la fuente.
6. Baja la intensidad de la luz cuando comas
Un estudio del 2012 descubrió que en un restorán de comida rápida si bajaban la intensidad de la luz, la gente comía menos. Lo que ordenaban no cambiaba, pero sí la cantidad que comían.
Comer con la luz más baja disminuye la velocidad con la que comes, ya que entrega una atmósfera más relajada en la que te sientes más a gusto, y disminuyen las cantidades que comes. El estudio se realizó en un restorán, pero si realizas esto en casa es probable que el efecto sea el mismo.