Llamémoslo como sea, snacks nocturnos, snacks para acompañar una maratón de Netflix o algo dulce chico para calmar el hambre de la noche, este hábito que la mayoría tiene es muy poco saludable para nuestro cuerpo. La peor parte es que una caída en la tentación nos deja activadas y terminamos comiendo mal por el resto de la semana. Es muy fácil caer en este círculo, no solo porque además sin darte cuenta estás formando un hábito, sino porque además estás jugando con tus hormonas que regulan el apetito.
Nuevos estudios publicados en el International Journal of Obesity, y en The New York Times, indicaron que las hormonas del hambre y de la saciedad manejan y controlan nuestros hábitos alimenticios, y funcionan a través de una conexión pero también se activan con nuestra decisiones de cuando decidimos comer algo.
El estudio se basa en investigaciones anteriores relacionadas con el tema, incluido un estudio de Harvard del 2013 que encontró que los ritmos circadianos tienen un papel en la regulación del apetito. Por eso mismo se dice que el desayuno es la comida más importante del día (y en donde deberíamos consumir la mayor cantidad de calorías), ya que los niveles de hambre tienen un pick en las tardes y son más bajos en las mañanas.
Con esta información anterior, el nuevo estudio sugiere que los picks de hambre pueden ser menores en las tardes, mientras que las hormonas del hambre se activan mucho más aún en la noche y esto sucede cuando vivimos momentos de estrés.
Por lo tanto, como podemos usar esta información para reducir esas ganas de comer algo en las tardes y noches? En primer lugar reducir el estrés es un factor muy importante para que tus hormonas vuelvan a su equilibrio. En las noches, después de comer especialmente, intenta hacer alguna actividad relajante, como leer un libro, meditar o escribir en tu diario, en vez de exponerte a la televisión y a las redes sociales. En segundo lugar, establece horarios fijo de comida ya que eso puede ayudar mucho a que tu cuerpo vuelva a su estado normal (fija un toque de queda para prohibirte entrar a la cocina en las noches después de comida). Lavar tus dientes inmediatamente después de comer, y empezar con tu rutina nocturna también es una muy buena ayuda ya que es una forma de hacerle entender a tu cuerpo que el día ya se ha terminado y que comer un snack ya no es una opción.