La Sorprendente Razón Por La Que Está Bien Saltarte Comidas A Veces

En los mandamientos de la buena alimentación, no saltarse comidas figura entre los top 10. Después de todo, saltarse el almuerzo alrededor de las 13 horas podría causar que el hambre se apodere de ti y te impida pensar con racionalidad y tomar muy malas decisiones en cuanto a tus elecciones comidas más tarde.

Ok, quizás este es un ejemplo un poco extremo. Aún así, la mayoría de los expertos en nutrición dicen que saltarse comidas en un intento de disminuir calorías es contraproducente, ya que luego terminarás comiendo mucho más unas horas más tarde…

 

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Pero, ¿qué pasa si llega la hora de la comida (o desayuno o almuerzo) y simplemente no tienes tanta hambre? Bueno, probablamente no deberías comer. Comer cuando no tienes hambre parece elevar el azúcar en la sangre, según un estudio que pronto será publicado en The Behavioral Science of Eating. Los investigadores tenían a 45 sujetos a quiénes les calificaban sus niveles de hambre antes de darles de comer una comida alta en carbohidratos. Después de que comieron, los investigadores midieron sus niveles de azúcar en la sangre. Como era de esperar, todos los niveles se levantaron, pero se notó lo siguiente: Los sujetos que reportaron haber tenido menos hambre antes de comer, tenían niveles de azúcar en la sangre más altos en comparación con los que estaban hambrientos. Y con el tiempo, tener los niveles de azúcar demasiado altos podría dar lugar a una resistencia a la insulina o diabetes.

“El hambre se asocia con un estado fisiológico en que los tejidos del cuerpo son relativamente más susceptibles a la absorción de nutrientes”, dice el autor del estudio David Gal, PhD, de la Universidad de Illinois en Chicago. Si esa explicación parece poco clara, piensa como en cuando llegas a una cena. Cuando llegas ahí a tiempo, el anfitrión está vestido, la casa está limpia y todo está listo para ofrecerte un trago para empezar. Si llegas una hora antes, es probable que la comida esté a medio cocinar y la anfitriona te reciba con una toalla enrollada en su cabeza, en otras palabras, no hay nada preparado aún para tu llegada.

Entonces, ¿cómo se puede saber si estás realmente hambrienta o simplemente estás antojada de algo o estás estresada o aburrida o simplemente estás acostumbrada a comer a cierta hora? “La sensación de hambre es en realidad una reacción compleja que implica al sistema endocrino, el sistema digestivo y el cerebro”, dice la nutrióloga Deborah Malkoff-Cohen. Pero reconocerla realmente es muy fácil. Por lo general, te sientes un poco cansada y débil, y tienes problemas para concentrarte. Y, obviamente, tu estómago está retumbando.

Mientras más tiempo pases sin comer, estos sentimientos se vuelven más intensos. Sin embargo, no es el ideal esperar hasta estar muerto de ganas de comer, porque ahí es cuando ocurren las malas elecciones, por eso es importante encontrar el punto medio. Debes tener la suficiente cantidad de hambre como para comer algo saludable (como una manzana), pero no tanta que serías capaz de devorar tres hamburguesas con queso y tocino (aquí es cuando tienes que detener el atracón antes de que suceda).

¿Y qué pasa si te das cuenta de que no tienes tanta hambre cuando se acerca una comida? Lo más probable es que comiste demasiado en tu última comida o estás comiendo muchos snacks.

10 Alimentos Saludables Que Hacen Que Te Dé Más Hambre

Puede sonar una locura, pero lo que estás comiendo tiene mucha implicancia en los gruñidos de hambre que tendrá tu estómago en las próximas horas. Sigue leyendo…

 

Así es como funciona…

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Incluso cuando te das el tiempo de tomar un buen desayuno en la mañana, a veces te ves frente a la máquina expendedora de alimentos unas pocas horas más tarde con el estómago retumbando de hambre, ¿Por qué nos pasa esto? Puede deberse a tu opción de desayuno. Ciertos alimentos le dan a tu cuerpo la señal para almacenarlos en forma de grasa, en lugar de usarlos como combustible. Los alimentos altamente procesados o altos en carbohidratos a los que por lo general acudimos cuando estamos estresados, con poco tiempo o simplemente con mucha hambre, hacen que suban los niveles de insulina en la sangre, causando que sintamos hambre nuevamente, incluso si comimos recién.

Y mientras más familiarizada estés con este tipo de alientos como jugos, bebidas, galletas y pasteles, también existen otras cosas que son opciones “saludables” pero que también pueden hacer que tu sistema se desequilibre. Sigue leyendo para descubrir cuáles son estos alimentos que, sorpresivamente, pueden ser culpables de un estómago hambriento!

 

 

 

1. Panes de grano entero.

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¿Piensas que un muffin de grano entero con mantequilla de maní te va a mantener satisfecha hasta el almuerzo? La verdad es que no. La bondad del grano entero está lejos de ser esa. El pan, incluso el tipo de grano entero, tiene un muy alto índice glicémico lo que eleva los niveles de azúcar en la sangre, incluso más que una barra de Snickers.

Parece una locura pero es la verdad: bombardear el cuerpo con demasiados carbohidratos eleva los niveles de insulina, lo que puede conducir a la vez al aumento de peso y problemas de salud más graves como la resistencia a la insulina y finalmente la diabetes. La insulina es una hormona producida por el páncreas y transporta la glucosa (o azúcar) a las células, donde se puede usar como combustible. En un cuerpo sano, cuando la glucosa y nutrientes son absorbidos, los niveles de insulina caen y se mantienen bajo el nivel normal, manteniendo entonces el hambre a raya. Pero, si se sobre carga con un exceso de glucosa, con el tiempo las células se vuelven resistentes a las señales de la insulina para recuperar la glucosa de la sangre. Esto obliga al cuerpo a almacenar el exceso de glucosa en forma de grasa, aumentando el peso y provocando un descontrol en el apetito.

 

 

 

2. Cereal solo.

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Incluso si es una versión saludable, el cereal solo no te va a mantener satisfecha durante mucho tiempo ya que no tiene un contenido alto de agua. Los estudios muestran que cuando se incorpora agua a un alimento, éste te dejará más satisfecha que uno con menos contenido de agua. Piensa que el peso de una caja de cereales es muy ligero, tanto que quizás incluso podrías comerte todo su contenido en una sola sesión. Si los comes vas a obtener granos enteros, fibra y vitaminas, así como la caja lo sugiere en sus contenidos, pero no te mantendrás satisfecha por mucho tiempo.

Una mejor opción es centrarte en alimentos altos en agua, como por ejemplo harina de avena cocida o remojada en leche de almendras la noche anterior.

 

 

 

3. Fruta.

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Probablemente el jugo de fruta ya está en tu lista de alimentos prohibidos, pero si estás comiendo más de la porción de fruta recomendada al día, es mejor que te detengas. De la fruta puedes obtener muchos beneficios nutricionales, pero no te ayuda a suprimir el apetito, ya que contiene fructosa y glucosa que no dan la señal a la insulina, causando un aumento en tu apetito. Para sentirte más satisfecha en la mañana, en lugar de comer un popurrí de frutas, elige dos huevos revueltos y la mitad de una palta (o aguacate). Esta es una comida rica en grasas saludables y proteínas, lo que te mantiene a raya del hambre por más tiempo, a diferencia de los alimentos altos en carbohidratos.

 

 

 

4. Yogurt.

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El yogurt suena como una opción inteligente de desayuno: obtienes proteínas, calcio, y una variedad de bacterias buenas que ayudan a la digestión y la inmunidad. Sin embargo, cinco cucharadas de un yogurt dulce y sin grasa no van a hacer que te sientas satisfecha como lo harías si estuvieras masticando algo con más textura. Añade una nueces picadas en la parte superior y también prefiere el yogurt griego sin azúcar en lugar del yogurt sin grasa, ya que así no sólo vas a evitar los azúcares añadidos, sino que también contiene ácido inoleico conjugado (CLA), que es una grasa saludable que puede ayudar a promover la pérdida de grasa.

 

 

 

5. Jugos verdes.

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Con una gran cantidad de verduras de hoja verde, frutas y leche de almendras, no se puede negar que los batidos verdes son saludables, pero si quieres estar satisfecha, tomarte tus calorías no te va a ayudar a sentirte así en comparación con los alimentos enteros masticables. Nuestros cuerpos no registran las calorías de la comida cuando está en forma líquida. Si bien los batidos bajan fácil y rápido, esto hace que el cuerpo no active su sensación de plenitud. Para un crujido extra y añadir mayor saciedad, pon algunos frutos secos sobre la taza de tu batido.

 

 

 

6. Pretzels.

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Este snack se hizo popular durante la locura del bajo contenido de grasa de los años 80’s y 90’s. La gente pensaba que debía evitar la grasa por completo, por lo que un pretzel sin grasa sonaba como una idea perfecta. Pero esto no es cierto, este alimento es hecho puramente de harina refinada, incluso las versiones integrales no son mucho mejores. Son altos en carbohidratos y bajos en proteínas por lo que saturarán tu corriente sanguíneo de glucosa que te hará sentir hambrienta sólo un poco después de haberlos comido.

 

 

 

7. Ensalada.

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Obviamente no estamos diciendo que tengas que dejar de comer verduras de hoja verde, pero es crucial saber cómo hacer una ensalada que realmente te vaya a dejar satisfecha. Una ensañada desequilibrada puede ser saludable, pero no te va a dejar satisfecha. El arma secreta: mezclar las verduras de hoja verde con una proteína (como salmón, pollo o hamburguesa de pavo), una porción de granos enteros, una gran cantidad de productos frescos y un poco de grasa saludable (como palta o aguacate, aceite de oliva, queso)

 

 

 

8. Vino tinto.

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Aquí tenemos otro ejemplo de opción saludable pero mal llevada. Claro, una copa de vino tinto con tu comida está perfectamente bien, después de todo estás dándole a tu cuerpo una buena dosis de antioxidantes y polifenoles. Pero tomar más que eso puede dañar seriamente tu voluntad de comer sano. El alcohol reduce las inhibiciones, por lo que es menos probable que te adhieras a alimentos saludables después de haber tomado dos copas o más. Una estrategia inteligente: Decide lo que vas a comer (y no comer) antes de empezar a beber, y empieza a tomar después de que ya hayas comido al menos la mitad de tu plato de comida saludable.

 

 

 

9. Sushi.

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Es difícil sentirse satisfecha al comer sushi, pero es muy fácil seguir metiendo esos pequeños bocados a la boca. Son pequeños, pero contienen un montón de calorías, incluso pueden ser alrededor de 500 en un sólo roll. En su lugar, toma sopa de miso o ensalada con aderezo de jengibre antes de empezar con tu plato principal de sushi y trata de evitar las versiones fritas.

 

 

 

10. Helado de yogurt.

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Algunas personas piensan que tener un pequeño bocado dulce después de las comidas calmará sus antojos y será una señal de dejar de comer, pero es no es una buena estrategia. El azúcar son simplemente calorías vacías, por lo que comer un postre nunca te ayudará a mantenerte satisfecha. Además, los alimentos ricos en carbohidratos activan el nivel de azúcar en la sangre rápidamente, haciendo que sientas mucha hambre sólo un poco después de comerla. Si no hay forma de que puedas saltarte el postre (seamos realistas), entonces preocúpate de mantener porciones pequeñas y elige toppings más saludables como fruta o sólo unos pocos chips de chocolate.