El nacimiento de las redes sociales vino acompañado de una serie de fenómenos culturales y personales, pero lo que ves en tu feed de Instagram, Facebook, etc, puede estar cargado de “maquillaje” y poco de realidad.
Lo que vemos en las redes sociales raramente es verdad.
Se vuelve muy tentador ver las páginas de amigos o celebridades y rápidamente pensar lo perfectas que son sus vidas y lo lejos que está la tuya de llegar a esa misma perfección. Sigues a esa amiga que se saca foto de sus abdominales marcados mientras hace su rutina de entrenamiento. También sigues a esa blogger que toma una foto de su increíble y ordenado escritorio, que todo apunta a parecer que su trabajo es libre de estrés, cosa que el tuyo no tiene.
Recuerda: Las personas suben lo que quieren que veas. Postean lo bueno, no lo malo.
Pocas personas escribirían sobre sus mayores temores en lugar de sus mayores logros. Pocas personas también publicarían una foto de su plato de comida cotidiano en lugar de ese épico barco de sushi.
Tienes que encontrar la causa de tus sentimientos negativos.
En lugar de pensamientos negativos o sentirte mal contigo misma cuando ves estos posts, pregúntate “¿Por qué estoy celosa o envidiosa?”. Trata de entender por qué te sientes de esa manera en particular. Esto te ayudará a explorar sobre tus inseguridades y ansiedades, o incluso sobre tus sueños y deseos. Quizás te sientes incómoda porque – seamos sinceras – nadie disfruta sintiendo emociones negativas. Pero una vez que lo explores, aprenderás de ello y empezarás a lograr tener el poder de ser quién tú quieres y vivir esa vida que sueñas. Suena cliché, pero de verdad pruébalo.
En lugar de usar las redes sociales para compararte con el resto, usa Facebook, Twitter, Instagram y SnapChat para crear tu propia marca. Muestra quién realmente eres, lo que crees o incluso dónde quieres llegar a estar. Comparte tus logros y aspiraciones, y haz que sean motivadores tanto para ti como para el resto.