Sabemos que es muy difícil volver a la oficina luego de unas vacaciones. Tu bandeja de entrada está colapsada, tienes trabajo acumulado, el día se te hace eterno y lo único que quieres es echar el tiempo atrás….Y como sabemos que esto no se puede hacer, aquí de dejamos 6 consejos que te ayudarán a facilitar tu vuelta al trabajo después de esas merecidas vacaciones.
Créenos, no será tan terrible…
Llegar más temprano
Llegar al trabajo una hora antes es la mejor forma de ponerse al día. Estas sola y nadie te interrumpe, por lo que puedes trabajar de manera súper eficiente.
Hacer una lista de pendientes
Una de las primeras cosas que debes hacer después de tus vacaciones es una lista con las tareas pendientes. Trata de ordenarlas por prioridad, así te sentirás cada día mejor.
Revisar el correo
Es hora de hacer frente a esa gran montaña de e-mails acumulados. Contesta de inmediato los que sean de carácter urgente, marca los que debas leer dentro de la semana y elimina los que no sean de tu incumbencia.
Revisar tus proyectos
Seguramente la oficina siguió funcionando perfectamente sin ti. Comprueba cómo van tus proyectos, revisa qué se hizo en tu ausencia y trata de aportar en algo.
Pedir ayuda
Si te sientes muy perdida, no dudes en pedirle ayuda a tus jefes y compañeros de trabajo, recuerda que ellos también son humanos.
Hay ciertas cosas que casi todos tenemos que hacer, pero por algún motivo terminan dilatándose y estas importantes tareas quedan en el fondo de nuestra mente. Aquí están las cosas más importantes que tienes que incorporar en tu lista de pendientes y hacerlas hoy mismo!
1. Organiza tu espacio de datos.
Esto incluye la eliminación de esos miles de correos electrónicos antiguos, la limpieza de tu teléfono y tu computador para liberar espacio en los datos y hacer copias de seguridad de todos los documentos importantes. Suena aburrido y tedioso, pero lo agradecerás si algo le pasa a tus aparatos electrónicos.
2. Cuida de tu salud.
Es hora de hacer citas con tu doctor, tu dentista, etc. La lista sigue y sigue, pero realmente no hay nada más importante que la buena salud!
3. Limpia tu closet.
Sí, es el momento. Si encuentras tu closet desbordante, ya es hora de organizarlo y sacar todo lo que ya no usas.
4. Haz ejercicio.
Para muchas, esto ya está incorporado en su vida cotidiana, pero para algunas, encontrar la motivación para empezar a hacer ejercicio puede ser difícil. Trata de empezar con un poco y establecer objetivos alcanzables, y luego poco a poco construir una rutina y partir desde ahí.
5. Pasa tiempo con tus seres queridos.
Es muy común que nos quedemos atrapadas en el trabajo o en los estudios y nos olvidemos de dedicarle tiempo a nuestros seres queridos. Deja esas tareas relacionadas con el trabajo a un lado por un momento y haz un esfuerzo por estar más tiempo juntos.
A veces es inevitable tener malos días – hay un taco interminable en las calles, llegas tarde al trabajo, olvidas una fecha importante, etc – pero la forma en cómo manejamos estos hechos imprevistos son lo que marcan la calidad de nuestro día. Sólo porque amanezcas con el pie izquierdo, no significa que tengas que tener una mala actitud, es por eso que aquí te dejamos algunas formas pequeñas y simples de tener un mejor día. Sólo depende de ti!
Empieza con un pensamiento positivo.
Un pequeño pensamiento positivo en la mañana puede cambiar todo el resto del día. Incluso si no has tenido la mejor de las mañanas, piensa en una idea positiva y aférrate a ella. Nuestros pensamientos crean nuestra actitud y perspectiva, entonces por qué no usarlo a nuestro favor? Establece tu día con una intención positiva por delante!
Obtén una buena noche de sueño.
Tener una buena noche de sueño puede hacer toda la diferencia! No hay nada peor que despertarse después de pocas horas de sueño, sintiéndose terrible frente al pensamiento de que todavía falta enfrentar todo el resto del día.
Un acto de bondad aleatorio.
Abrir una puerta, ofrecer ayuda o asistir a alguien a bajar la escalera. Cualquier pequeña intención de un acto bondadoso es una oportunidad para tener un impacto positivo en ambas vidas, la tuya y la de la persona a la que ayudas.
Haz menos, simplifícate la vida.
Puedes hacer cualquier cosa, pero no todo, y no puedes hacer las cosas más rápido hasta que aprendas a cómo bajar la velocidad. Concéntrate en las cosas más importantes y enfoca tus energías en eso. No tomes más de lo que puedes manejar y que te haga sentir estresada. Está bien decir que no a veces.
Mantente activa.
La capacidad del ejercicio para aumentar el estado de ánimo es indiscutible, y sólo con una caminata rápida diaria puedes hacer maravillas para tu salud. Las sesiones de ejercicio liberan endorfinas en el torrente sanguíneo, lo que además de hacerte sentir bien, reducen el estrés y la ansiedad.
Aprecia las cosas pequeñas.
La felicidad puede ser vista como la recopilación de todas las cosas pequeñas de la vida. Así como el primer trago de café en la mañana, volver a contactar a una vieja amiga o conseguir una receta que siempre quisiste. No hay que buscar cosas extraordinarias, la felicidad puede estar en las cosas más simples de tu día.
Escucha buena música.
Existe esa música que es la que te hace sentir bien, te dan ganas de moverte y hacer algo productivo. Esas canciones que al instante te hacen poner de buen humor, que hacen que las mañanas sean más entretenidas cuando tienes esas melodías que juegan como música de fondo en tu rutina.
Marca puntos de tu lista de tareas pendientes.
Plantearte pequeñas metas y luego borrarlas de tu lista de pendientes da esa sensación de logro al final del día. Te hace sentir que fuiste productiva y que le diste buen uso a tu tiempo.
Prepárate la noche anterior.
Una buena técnica para empezar mejor el día es organizarte la noche anterior. Puedes usar tu calendario o agenda y añadir las fechas importantes y tareas pendientes. Quizás te puede sonar un poco obsesivo, pero realmente vale la pena! Te despiertas más concentrada y con las metas ya claras para ese día, lo que te hace poder trabajar en ellas con más facilidad y foco.
Regalonéate.
Puede ser que termines el día con una copa de vino, comiendo tu postre favorito o con un largo baño de tina, o incluso leyendo tu libro preferido. Mirar hacia adelante al final del día hace que nos sintamos conformes y relajadas. Si no te das el tiempo para el relajo y descanso, lo más probable es que empieces a sentirte estresada o agotada.
Aprende algo nuevo.
No es suficiente estar satisfecha con lo que ya sabes. Los nuevos conocimientos te hacen sentir orgullosa, con mejor autoestima y con un nuevo logro. Nos ayuda a adaptarnos a las nuevas situaciones y nos da un carácter más profundo y nuevas perspectivas.