¿Quieres una piel radiante sin gastar una tonelada de dinero? Hay una manera en que lo puedes lograr, usando un ingrediente que de seguro tienes en tu cocina…
La paprika, cargada de vitaminas y minerales, y famosa por su sabor ahumado y dulzón, hace mucho más que dar buen sabor a tus comidas. Para partir, tiene vitamina C, que le permite absorber los radicales libres que rompen el colágeno de la piel, ayudando a que tu piel se vea llena y radiante; tiene propiedades antibacteriales y antiinflamatorias, que le permiten tratar el acné; y por último, vitamina A que disminuye la apariencia de manchas de sol. Una maravilla, ¿no?
¿Cómo aprovechar sus beneficios? Haz una pasta con un poco de miel, y úsala como una máscara casera. Déjala actuar por 15 minutos antes de enjuagar, y luego aplica abundante crema para sellar sus efectos.
Si amas tomar jugos verdes, entonces te encantará saber todo lo que puedes hacer con algunos de esos mismos ingredientes naturales en tu rutina de belleza. Hemos recopilado diez recetas que son increíbles para tu piel.
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Té verde
El té verde se encuentra repleto de dos esenciales de belleza: antioxidantes y cafeína. Prepara una tasa de té y una vez que se enfríe transfiérela a un envase con dosificador en spray y guárdalo en el refrigerador. Rocíalo cada mañana en tu cara y verás como desaparecen tus poros!
Pepino
¿Tienes ojeras por haber trasnochado? El viejo truco de poner pepino frío sobre los ojos realmente funciona. Este vegetal verde contiene antioxidantes y flavonoides que disminuyen la irritación naturalmente. Simplemente corta dos rodajas, acuéstate, relájate y deja que el pepino haga su magia.
Aceite de oliva
La verdadera pregunta es qué cosa no puede hacer el aceite de oliva o de coco. Úsalo en tus puntas para un tratamiento rápido de acondicionamiento para tus cutículas.
Kiwi
Prepara una máscara exfoliante tropical con kiwi para lograr una piel más brillante en minutos. Muele la fruta, mézclala con yogurt y aceite de coco para crear un tratamiento casero exquisito. El kiwi contiene ácidos alpha hydroxy, vitamina A y vitamina C, que renuevan las células de la piel.
Manzana verde
El vinagre de manzana es un esencial en la cocina y en el baño. Una mezcla de 1/4 de vinagre de manzana con 3/4 de agua le darán brillo a tu cabello y removerá cualquier residuo de producto que haya quedado atrapado. Echa la mezcla sobre tu pelo después de lavarlo con shampoo, masajéalo y luego enjuaga. También puedes dejar el vinagre un rato más para un boost de hidratación.
Uvas verdes
Hay muchas marcas que usan el poder de las uvas por sus propiedades antienvejecimiento. Para hacer una versión casera, puedes crear un tratamiento mezclando miel, uvas y yogurt.
Lima
Las limas pueden hacer una gran diferencia en tu rutina de belleza. Haz un exfoliante para el cuerpo uniendo azúcar granulada, aceite de oliva y pulpa de lima para una receta que mezcla exfoliantes químicos y físicos y deja tu piel radiante!
Melón tuna
Si amas las máscaras para la cara, entonces tienes que probar esto: corta melón tuna en rebanadas delgadas y aplícalo en tu cara por 20 minutos para un tratamiento de spa casero. El melón se encuentra repleto de antioxidantes como la vitamina C y hará maravillas con tu cutis.
Menta
La próxima vez que te aparezca una espinilla, muele un par de hojas de menta fresca y agua de rosas para crear una pasta. Aplícala en el área afectada por 10 minutos y enjuágala. El mentol contenido en la hierba ayudará a reducir la inflamación y la irritación.
Palta
Haz una máscara usando media palta, una yema de huevo, una cucharadita de miel y una cucharada de aceite de oliva para fortalecer el cabello debilitado. Déjalo actuar entre 5 y 30 minutos bajo una gorra de baño. El omega-3 contenido en la palta es tan bueno en tu cabello como lo es con tu salud.
Si tu piel necesita un golpe de belleza y nutrición, entonces lo más fácil que puedes hacer es preparar tus propias mascarillas en tu casa y con ingredientes frescos. Aquí te dejamos 5 recetas totalmente naturales que usan ácidos alfa hidroxi, que se encuentran en las frutas y sirven para exfoliar suavemente la piel.
Sigue hacia abajo y aprende a hacer tus propios productos para tu piel!
1. Ácido láctico.
El ácido láctico es uno de los ácidos de frutas más suaves, ideal para la piel sensible y luchar contra el acné. El ácido láctico se encuentra comúnmente en la leche y otros frutos. Aprende aquí a hacer esta máscara de yogurt y pomelo que se puede aplicar semanalmente y lograr beneficios óptimos.
2. Ácido tartárico.
El ácido tartárico se encuentra naturalmente en las uvas y plátanos, y cuando se aplica por vía tópica puede suavizar la piel, mejorando el brillo natural del cutis. La champagne, que se deriva de las uvas, es una fuente fácilmente disponible de ácido tartárico y este tratamiento desintoxicante es una gran opción para una máscara rica en alfa hidroxi.
3. Ácido cítrico.
El ácido cítrico se puede encontrar en varias frutas cítricas como las naranjas, limones, pomelos y limas. Tiene muchos beneficios para la piel, como aligerar la pigmentación y acné, además de mejorar la textura general de la piel. Prueba esta máscara facial de limón y leche para inyectar un poco de ácido cítrico en tu rutina de belleza.
4. Ácido Málico.
El ácido málico se encuentra con mayor abundancia en las manzanas. Puede reducir los signos del envejecimiento, ayudar a aliviar el acné y promover la producción de colágeno. Puedes disfrutar del ácido málico en este tratamiento de vinagre de sidra de manzana.
5. Ácido glicólico.
El ácido glicólico es uno de los exfoliantes rápidos más eficaces disponibles. Es un derivado de la caña de azúcar y tiene gran éxito en regenerar las capas superficiales de la piel. Esta máscara facial de ácido glicólico se puede aplicar una vez a la semana.
Ingredientes:
-2 cucharadas de azúcar orgánica.
-2 cucharadas de miel cruda.
– jugo de ½ limón.
Necesitas que el azúcar sea lo más fina posible, así que si es muy gruesa muélela antes en la licuadora para descomponerla. Luego, mezcla en azúcar y la miel en un recipiente. Exprime el jugo de medio limón y mezcla bien. Aplica sobre el rostro y cuello, evitando el contorno de los ojos. Después de 5 a 10 minutos enjuaga con agua tibia.
