Si estás en tus 20s, probablemente estás familiarizada con la sensación de ser bombardeada con nuevos anillos de compromiso o anuncios de embarazos cada vez que abres tu Facebook. Si todavía no te sientes tan cercana a la idea de asentarte y formar una familia, está bien. Un nuevo estudio sugiere que podría ser sabio estar tranquilos y esperar un poco antes de tener hijos.
Los investigadores del London School of Economics analizaron datos del Millennium Cohort Study (Estudio de Cohorte del Milenio), que supervisó el desarrollo de 18.000 niños británicos por un período prolongado de tiempo, con el fin de determinar el efecto de la edad de la madre en el crecimiento y desarrollo de su hijo. ¿La edad dorada? Los 30 años.
El estudio publicado en la revista Biodemography and Social Biology determinó que los bebés nacidos de mujeres en sus treinta años son más propensos a ser inteligentes, puntúan más alto en las pruebas congnitivas y superan a los nacidos de otras mujeres en sus veintes o cuarentas.
Además, “Las mujeres que se convirtieron por primera vez en madres a sus 30s tienen, por ejemplo, una tendencia a ser más educadas, ingresos más altos, más probabilidades de estar en relaciones estables, estilos de vida más saludables, buscan atención prenatal temprana y han planeado sus embarazos”, dice la investigadora Alice Goisis.
Y mientras que las mujeres que dan a luz en sus cuarenta años tienden a amamantar más, leerlas más a sus hijos y fumar menos, tienen más probabilidades de tener hijos obesos, ya que se encontró que las madres de esta edad son menos propensas que las más jóvenes a jugar con sus hijos.