Si hace tiempo que no corres, puede que las primeras veces experimentes una incómoda picazón en tus piernas tan abrumadora, que tengas que parar a rascarte. ¿Te ha sucedido alguna vez? Sigue bajando para descubrir qué significa…
A medida que el ritmo cardíaco aumenta, la sangre comienza a fluir más rápido, y los millones de capilares y arterias en tus músculos comienzan a expandirse. Los capilares se mantienen abiertos para permitir el máximo paso de sangre, pero si ha pasado tiempo desde que haces deporte, tienden a colapsar y prevenir la circulación. Cuando activas tus músculos, y vuelven a expandirse, los nervios que les rodean se estimulan y mandan mensajes al cerebro que se leen como una sensación de picazón. Así que desafortunadamente, la molesta sensación es tu castigo por no haber entrenado, y la única forma de evitarlo es manteniendo una rutina de ejercicios constante.
Igual que una cara roja al correr, las piernas con picazón no son una causa para alarmarse. Pero si van acompañadas de calambres, hinchazón y ronchas, anda al médico inmediatamente.