1. ¿Cómo te formaste?
Mi educación formal es bien poco contundente: estudié Periodismo, en la UDP, y un año antes pasé por Francés, en la UC. Valoro esa etapa universitaria como escenarios para conectarme con personas con otras historias y sensibilidades. En términos académicos, no creo haber aprovechado bien la oportunidad. Estaba demasiado preocupada del amor, parece (jajjajjaj) y no tuve la suficiente visión de sacarle el jugo a las posibilidades que tal vez dejé pasar. A mi favor debo decir que muy tempranamente me interesé por las revistas y crecí rodeada de ellas. En mi casa se compraban muchas, en el colegio había un par traídas desde Francia que me mercaron mucho, mi padrastro trabajaba en una, yo tenía mis favoritas y mi mamá coleccionaba Paula y, además, trabajaba en el Instituto Chileno Francés de Cultura, hasta donde yo llegaba sagradamente durante años todos los viernes a ver revistas de moda y fotografía, en los tiempos pre Internet. A los 15 años tenía clarísimo que quería trabajar en algo relacionado a las revistas. Además, en mi casa las artes visuales eran un gran tema, y creo que mi ojo ahí se formó sin querer queriendo, y mi papá, amante del cine, me abrió la cabeza precozmente con películas excepcionales que me llevaba a ver al cine.
Creo, entonces, que mi verdadera formación primaria fue el resultado de los intereses de mi familia. Luego, con el vuelito comencé a construir una forma personal y sistemática de consumir cultura pop y de muy muy lentamente, adquirir ciertos criterios. Últimamente, creo que Instagram se ha transformado en una enorme fuente de información y me atrevería a decir de conocimiento. Ha sido la puerta para entrar a muchos mundos que desconocía.
2. Tienes una larga carrera ligada a medios de comunicación, donde tu paso por Revista Paula ha sido quizás lo más significativo en cuanto a relación con la moda. Actualmente estás en Copesa, en un programa de radio y haciendo clases en Escuela Brown. Cuéntanos cómo ha sido este proceso y qué lugar ocupa el mundo de la moda en tu vida actualmente.
Llegué a trabajar a revista Paula a los 36 años, pero comencé trabajando como periodista una vez que entregué mi tesis, a los 24.
Durante 12 años hice trabajos en los cuales nunca me sentí del todo contenta, pero fueron años fundamentales si miro hacia atrás: trabajé en vida social, en espectáculos, en farándula, en diarios, en TV, en radio, en revistas institucionales, en una editorial, como ghost writer y ya no recuerdo qué más. Hubo momentos en que me sentí perdida y deprimida, y hasta fracasada. Pero de los altos y bajos y muy bajos momentos adquirí un rigor, una flexibilidad, pude conocer personas de distintos ámbitos y una cierta cultura de quién es quién en el mapa chilensis, que me ha ayudado muchísimo. Creo que finalmente toda esa experiencia es la que me permite tener el punto de vista que tengo y que no es más que una síntesis de toda esa experiencia. Luego, cuando entré a Paula, como lectora conocía perfecto la revista. Pero la vacante que había era de editora de Moda y Belleza y yo no tenía idea de nada de eso. Leía con devoción la columna de Nina Mackenna, pero no sabía nada más. Pero la directora de entonces, Milena Vodanovic, me dijo algo enorme: “si no sabes, estudias y aprendes”. Productores, fotógrafos, maquilladores, diseñadores, muchas veces 10 o 15 años menores que yo, fueron mis guías. Comencé a leer sitios especializados, a construir una pequeña biblioteca y un largo etc. que nunca termina. No creo ser una fashionista, de hecho creo que me visto casi igual todos los días, porque como que estoy cada vez más cerca, espero, de solucionar el ítem “qué me pongo” y adquirir una suerte de uniforme o “traje” que considero me hace sentir bien. Abordo la moda desde la curiosidad y mi admiración por piezas de ropa que me conmueven, por alguna u otra razón, pero que no necesariamente quiero tener en mis manos. El deseo, que es lo que mueve la moda, y todo, se ve satisfecho cuando veo una foto de esa pieza, leo sobre su autor, la historia que hay detrás y llego realmente al éxtasis si ese relato me toca en lo emocional, o lo biográfico, o está conectado con cierta sensibilidad ambiente o una idea que me sorprende.
3. ¿Cuál es tu tip de estilo que nunca falla?
Desde hace unos meses estoy usando lo que llamo “mi peinado institucional”: un tomate que me permite verme ordenada y con la cara despejada, y que me hace sentir linda. Debo darles los créditos de este camino “pelístico” a mis queridas Kika Newman y Lorena Valenzuela. Ellas fueron las que insistieron.
4. ¿Cuál es tu indispensable de belleza?
Algodón, agua micelar, crema humectante.
5. ¿Dónde te podemos encontrar?
En el Tejado de Vidrio, de radio Zero (lunes a viernes de 7 a 9 AM), junto a mis partners Iván
Guerrero y Pablo Mackenna, y en el instagram @ritacoxf.