Las manicuras en gel siempre van de la mano con una cuota de culpa. Mientras que el esmalte ultra resistente tiene un poder de permanencia serio, secar tus manos bajo el cálido brillo de los rayos UV o LED (emiten luz UVA) se sienten un poco … mal. Resulta que tu reacción visceral no te está fallando: hay algunos peligros involucrados, y no sólo por los químicos.
Hace un tiempo, la Academia Estadounidense de Dermatología advirtió a los usuarios de salones de belleza que, aunque el tiempo que pasas usando las lámparas es corto, esos rayos UV son cuatro veces más fuertes que los del sol, lo que realmente se puede acumular durante su uso prolongado.
Puede que no se sienta tan malo como acostarse en una cama de solarium, pero en realidad es todo lo mismo. Ya sea el bronceado en interiores, la lámpara UV o el bronceado en el exterior, todos puedan causar el envejecimiento de la piel y el potencial de cáncer a la piel.
Con esta noticia, probablemente te estés preguntando: ¿deberías omitirlas totalmente? No totalmente. La clave es simplemente aumentar la protección durante tus visitas mediante el uso de protector solar, así como también guantes protectores. Dado que no todos los salones te proporcionarán estas opciones, es mejor que las lleves tú misma.
El protector solar es un producto que tenemos que usar a diario, sin importar la estación, el clima o si estaremos la mayor parte del día en interiores. Con la llegada de los climas más cálidos y próximamente del verano, este tema se vuelve aún más importante. Estaremos más expuestas al sol y a sus dañinos rayos, por lo que debemos saber cuáles son los principales errores que estamos cometiendo con nuestro factor, para que así dejemos de hacerlos hoy mismo y podamos sacarle el mayor partido y recibir todos sus beneficios!
1. No aplicas lo suficiente.
Olvídate de aplicar sólo gotitas y aprende a poner una buena cantidad de factor solar. Eso es lo que necesitas para aplicar sobre todo tu cuerpo, sí, todo tu cuerpo. Obviamente no puedes olvidar tu cara. Una buena cantidad es lo que tu cuerpo y rostro necesitan para estar realmente protegidos, un par de gotitas no serán suficientes para recibir los beneficios que marca la botella de tu SPF.
2. Te olvidas de re-aplicar.
Hacerlo sólo una vez no es suficiente. Es necesario volver a aplicar la misma cantidad que la vez anterior después de bañarte, sudar en exceso o si han pasado más de dos horas desde que lo pusiste. Y atención: Aunque el producto diga que es resistente al agua, esto no significa que no tengas que repetir el proceso una vez que terminas tu baño, lo sentimos.
3. Compras el SPF incorrecto.
El SPF es la cantidad de rayos UVB de los cuales está protegiendo, también conocidos como los rayos responsables de que se queme tu piel. Pero no la cantidad de rayos UVA de los cuales te está protegiendo, también conocidos como las rayos responsables de envejecimiento (lo que significa que todavía debes mantenerte alejada del sol directo tanto como puedas). Además, el número de SPF no se relaciona con la cantidad de protección que estás recibiendo. Un protector solar con SPF 100 no bloquea el 100% de los rayos, sino que alrededor del 98%, mientras que uno con SPF 30 te protege de alrededor del 95%. Ningún factor solar ofrece el 100% de protección, pero sí es importante que busques protectores de amplio espectro, que son los que te protegen de los dos tipos de rayos arriba mencionados (y los dos pueden causar cancer).
4. No esparces los factores en aerosol.
Los sprays son mucho más fáciles de aplicar y también son menos olorosos. Sin embrago, la desventaja de ellos es que olvides algunos lugares y por lo tanto tengas una cobertura dispareja. Para asegurarte de que estás recibiendo la cobertura que necesitas, rocía continuamente en una parte específica y luego esparce, esto te permite una aplicación más uniforme y te aseguras de no dejar superficies descubiertas.
5. No lo usas en absoluto.
Si tienes la suerte de tener un color de piel que se ve bronceado durante todo el año, esto no significa que no tengas que usar protector solar. El color de tu piel no afecta en qué tipo de SPF debes usar, todo el mundo debería usar lo mismo, y debería ser de al menos SPF 30 en cualquier parte del cuerpo expuesta (eso como mínimo).
6. No lo aplicas cuando sabes que estarás en interiores.
No te olvides de las ventanas! Esos paneles de vidrio permiten que los rayos alcancen tu piel, por lo que igual debes protegerte incluso si no estarás expuesta al exterior por horas. Tampoco te olvides de tus paseos en auto! Los conductores deben mantener en SPF a mano, porque los rayos UV penetran el vidrio y afectan por lo general sólo un lado de tu cuerpo, por lo que además de los riesgos, pasarás la vergüenza de un bronceado bicolor.
7. No usas protector debajo de tu ropa.
¿Sabías que una camiseta blanca sólo tiene SPF 3? Y ese número se reduce si es que se moja. No seas negligente y aplica protector solar sobre cada centímetro de tu cuerpo, incluso si vas a estar cubierta por ropa, bikini, sombrero, anteojos, etc!
8. Te olvidas de algunas partes del cuerpo.
Principales olvidos: El cuero cabelludo, las orejas, los párpados, los labios y el empeine de los pies. Si odias que tu pelo quede pegote, opta por un spray que se seque rápidamente, existen. Un consejo: No te olvides de tu partidura! Es la zona más expuesta de la cabeza y los cánceres de piel en el cuero cabelludo por lo general se diagnostican mucho más tarde, lo que significa que probablemente esté progresado y sea más agresivo cuando finalmente se detecte. Para una aplicación más fácil en tus párpados, orejas y labios, puedes probar un protector solar en barra.
Es un hecho que el cáncer a la piel es uno de los más comunes, y en parte a que la mayoría de las personas no saben cómo aplicar el factor solar correctamente. Otro hecho importante es que los cánceres mortales a ña piel seguirán aumentando en los próximos 15 años. Básicamente, el sol es un agente dañino para la piel pero éste no va a desaparecer.
Ahora que has quedado algo asustada con esto que te acabamos de contar, qué tal si nos animamos un poco? La buena noticia es que mientras antes lo diagnosticas y tratas, lo más probable es que un dermatólogo sea capaz de curar este cancer el 90% de las veces. Pero, antes de que te digas a ti misma que nunca vas al solarium o que no pasas tantas horas expuesta al sol, te contamos que los rayos UV no son el único factor que debes tener en cuenta.
Aquí te dejamos alguna de las cosas que te sorprenderá que elevan tu riesgo de cancer a la piel:
– Herencia familiar. Si algún hermano, tu mamá o tu papá han tenido cancer anteriormente, esto eleva tu riesgo.
– Piel clara, especialmente si eres rubia o pelirroja.
– Recibir muchos tratamientos de rayos-x.
– Tener alguna enfermedad de debilitamiento de tu sistema inmunológico como el Linfoma o VIH.
– Tener quemaduras o cicatrices que hayas expuesto a los rayos UV.
– Fumar.
Ahora ya sabes qué cosas son las que pueden causar esta enfermedad, hay que saber cómo poder detectarla a tiempo. En primer lugar, hay que dividir el cáncer a la piel en tres tipos básicos: El carcinoma de células basales (BCC), en melanoma, y el carcinoma de células escamosas (SCC). El BCC es la forma más común en que se presenta el cáncer a la piel y por lo general se encuentra en lasa zonas de mayor exposición a la luz solar (cuello, cara, manos y brazos); el melanoma se refiere principalmente a los lunares y es el tipo más mortal; el SCC es similar al BCC excepto que también incluye el cáncer que se da dentro de la boca, en los labios o alrededor de los genitales.
Muchos síntomas se superponen, lo cual no importa realmente, porque a pesar de la categoría a la que corresponda, sigue siendo cáncer a la piel. Aquí les dejamos una lista con los pequeños síntomas que podrían evidenciar que existe algún problema en tu piel, sin embargo, si tienes cualquier duda es un doctor quién debe decirte de qué se trata:
1. Los lunares asimétricos no son buenos. Fíjate si lo cortas por la mitad, si ambas partes se ajustan de manera uniforme.
2. Fíjate también en los lunares que no tienen los bordes claros, son irregulares o se van suavizando.
3. Fíjate si el color de tus lunares se va oscureciendo o tiene cualquier cambio en su tonalidad.
4. Haz un seguimiento del lunar y fíjate si está creciendo.
5. Los lunares que sangran o duelen.
6. Fíjate si una espinilla o protuberancia traslúcida no desaparece luego de un mes, puede que no sea simplemente un grano.
7. Las heridas en los pies que no cicatrizan.
8. Los genitales pueden desarrollar células escamosas que provocan cáncer de piel, por lo que mantén la alerta.
9. Heridas en la boca que no cicatrizan y que son producidas por el tabaco y pueden conducir al cancer de piel.
10. Fíjate en las líneas color café o negro debajo de tus uñas. También pueden aparecer en los dedos.
11. La piel crujente y escamosa es una alerta. Hay una diferencia ente piel seca, psoriasis o eczema, aunque pueden verse parecidos entre sí. Por lo general el cáncer a la piel no reacciona a cremas tópicas.