Estamos hablando del “Baking”, que traducido al español es “hornear” y en este contexto significa dejar que el producto específico se “cocine” en el rostro. Esto hará que el maquillaje se funda en la piel y el resultado será una textura y color increíbles. Probablemente no estés haciendo este vital paso, que se trata de aplicar polvos traslúcidos que dejen entrar la luz y no tengan color ni brillo, en zonas como el mentón, las ojeras y la zona T y dejarlo reposar entre 10 a 20 minutos. Mientras tanto, puedes seguir maquillando las otras zonas de la cara.
¿Cómo aplicar correctamente el “baking”?
Toma el polvo con una brocha gruesa que esté húmeda. Sacude el exceso y aplica gran cantidad en aquellas zonas que necesiten luz. Déjalo actuar durante 10 ó 20 minutos. Pasado ese tiempo o lo que te demores en maquillar el resto, retira el exceso de polvo con una brocha limpia, barriendo hacia afuera.